lunes, 21 de junio de 2010

PAN DE TRIGO, HARINA MOJADA



“He visto en el profundo espejo de mis sueños”
Antonio Machado

Pan de trigo, harina mojada
sobre la roca inerte de la nostalgia.
La mañana se maquilla de tarde y deja
de ser mañana. Los ruidos y voces cesan
a orillas de una luz dorada, que, casi dormida,
casi callada, se abre paso a través del viento
de otras jornadas, que ilumina las heridas
que se hallaban bien guardadas.

Pan de trigo, harina mojada
sobre la roca inerte de la nostalgia.
Sobre el puente desvanecido desfilan recuerdos
con la doblez de un oscuro pensamiento.
Fragmentos de memoria con cartel
de “Se Vende”; palabras de segunda mano
esparcidas sobre la impávida tortuga
de la Eternidad. Matemáticas sin reglas
para problemas debidamente sepultados en el polvo
de conversaciones que nunca volveremos
ni debimos tener.

Pan de trigo, harina mojada.
Retorno de una sombra nómada,
que suaviza lo que un día fueron afiladas
aristas. Frescas hojas verdes fielmente
enraizadas a la génesis de su tiempo,
chapoteando como las primeras y diminutas
gotas de una tímida llovizna, que, inexorablemente,
deriva en voraz tormenta, en árbol seco
que no cobija y al desnudo deja.

Y con este pan y esta harina nos adentramos
en la ciudad irreal de seda y niebla,
poniendo a prueba, sin saberlo, las columnas
del corazón del hombre, que debe enfrentarse
a lo perdido y olvidado como testigo que guardó
silencio, como cazador que busca refugio
pero no obtiene sosiego. A merced de la nieve
y los lobos, estando quebradas las fronteras
de la memoria y el recuerdo
sobre la roca inerte de la nostalgia y el silencio.


© Antonio Jiménez Lamarca.
I.S.B.N.: 978-84-92410-96-5

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